La juventud no está perdida
Por Catalina Araujo- Cuarto año “A”
Mientras voy recorriendo las calles suelo escuchar a ancianos amargados decir: “La juventud está perdida, hoy las chicas hacen cualquier cosa con su cuerpo; los varones tampoco se cuidan y terminan siendo padres adolescentes”; “Los jóvenes viven de la droga y del alcohol, dejan el colegio...”, etc.
A esas personas les quiero dirigir. A ellos, para asegurarles que no es tan así como creen y como piensan. Si bien sabemos que una parte de la sociedad joven puede estar cumpliendo con esos prejuicios o estereotipos, no se deben catalogar ni medir a todos los adolescentes con la misma vara.
Durante el 2014 concurrí a una peregrinación que se realizó en Saladillo, y este año volví a tener la suerte de ir. Es impresionante ver a una gran cantidad de jóvenes peregrinando por la paz en el mundo. Una de las pruebas de que la juventud hace mucho por el bienestar y por la tranquilidad social es un programa llamado “Proyecto GTG” (GlorytoGod: la gloria es para Dios). En donde Carlos, un joven cristiano, realiza videos que posteriormente sube a la reconocida red social YouTube. A partir de los mismos predica el evangelio de una manera muy moderna, actual y accesible al mundo tecnológico. También los adolescentes que pertenecen a la religión evangelista promueven mucho la cultura de manera grupal llevando a cabo obras de teatros, creando canciones, todo inspirado y centrado en la biblia.
Pero tampoco quiero encerrarme en una sola perspectiva, ya que son muchas las organizaciones que sin tener vínculo con la Iglesia, promulgan la solidaridad pensando en el otro. Por citar algunos ejemplos: Global Kids–organización sin fines de lucro que trabaja a favor de la educación global y el desarrollo integral de los jóvenes-; los grupos ecologistas que se esfuerzan por una sociedad más cuidada y limpia; la infinita cantidad de jóvenes artistas que se expresan por medio de la música, del baile, de las artes visuales, del teatro o de la literatura. Y así puedo enumerar a cientos de adolescentes que de una forma u otra aportan su granito de arena para un mundo mejor. Es posible admitir que muchos en la temprana edad dejan los colegios, ya sea por cuestiones personales, falta de contención por parte de la familia, o simplemente porque prefieren trabajar en vez de estudiar. Pero otros tantos saben de la importancia que tiene la educación, saben que el esfuerzo valdrá la pena el día de mañana.
Conozco a muchos jóvenes que de una forma u otra tratan de demostrarles a la sociedad que no todo es ni debe ser visto de una manera tan negativa. Porque la juventud, LA JUVENTUD NO ESTÁ PERDIDA.