sábado, 2 de abril de 2016

La lección que dio este profesor a sus alumnos

La lección que dio este profesor a sus alumnos es algo que todos debemos aprender

Una vez, un profesor de secundaria le pidió a sus alumnos que realizaran un ejercicio bastante simple y sencillo, pero con gran fundamento, para poder enseñarles sobre la importancia de los privilegios y las clases sociales. El ejercicio consistió en que cada estudiante agarrara un pedazo de papel. Seguidamente, el profesor les pidió que lo arrugaran y que hicieran una bola con él.






Después, el profesor colocó una papelera en la parte delantera del aula, por lo que la primera fila de alumnos estaba más cerca y los alumnos de las última fila apenas podían verla. 





El profesor dijo: “El juego es muy simple, vosotros representáis a la población del país. Y todo el mundo en el país tiene la oportunidad de convertirse en ricos y pasar a formar parte de la clase alta”. 




“Para que podáis convertiros en miembros de la Clase Alta, la única gestión que hay que hacer es tirar el papel arrugado en la papelera mientras os quedáis sentados en vuestros sitios”.




Los estudiantes del fondo, como era de suponer, empezaron inmediatamente a gritar: “¡Eso es injusto!”, ya que podían observar que las primeras filas de alumnos tenían mayores posibilidades que ellos de colocar la bola en la papelera.

 

Después, cada alumno realizó los tiros, y sin ser de extrañar, la mayoría de los estudiantes de las primeras filas consiguieron introducir la bola en la papelera (aunque no todos) y sólo varios estudiantes del fondo del aula pudieron conseguirlo.


Al final, el profesor concluyó diciendo: “Cuanto más cerca esté alguien de la papelera, mayor serán sus posibilidades. Esto es lo que se asemeja a los privilegios. ¿Se dieron cuenta de cómo los únicos que se quejaron de la justicia estaban en el fondo del aula?




“Por el contrario, la gente de las primeras filas de la sala eran menos propensos a ser conscientes del privilegio que tuvieron. Todo lo que podían ver era la escasa distancia que había entre ellos y su objetivo”.

 



“Vuestro trabajo, como estudiantes que están recibiendo una educación, es ser conscientes de vuestro privilegio y el uso de este privilegio particular llamado “educación” para hacer el mayor esfuerzo por lograr las cosas más difíciles, al igual que los alumnos que estaban situados en las filas de más atrás”. Este es un gran ejemplo de lo que deberíamos hacer todas las personas que formamos la sociedad. Tendríamos que parar a mirar a nuestro alrededor y a nosotros mismos, y empezar a pensar un poco en los demás. Si le ha gustado esta linda lección, ¡no dude en compartirla con sus familiares y amigos!



miércoles, 30 de marzo de 2016

La historia no nos pertenece, pero podemos hacerla juntos…

La historia no nos pertenece, pero podemos hacerla juntos…


Lic. Gustavo Pizzi
“No es la historia la que nos pertenece, sino nosotros pertenecemos a la Historia” (H. Gadamer, Verdad y Método. 1985). Somos hijos de la historia. Es decir, nacemos, vivimos en un contexto que tiene un pasado que no nos pertenece pero que necesariamente es nuestro. No podemos soslayarlo, dejarlo de lado, ignorarlo, hacer “como si no hubiera existido”… Asumir el pasado de mi vida personal, de mi familia, de mi ciudad, de mi patria es un sano ejercicio de “realidad”. No para quedarnos anclados en la nostalgia de un pasado idílico ni quedarnos en la angustia de la tragedia. Es asumiendo nuestra propia historia como podemos entender el presente. Cada nación , ciudad, familia, persona se hace en este diálogo permanente entre lo que fue y lo que se quiere ser.

A veces se escuchan voces que dicen que hay que “olvidar” el pasado, como herramienta necesaria para proyectar el presente y el futuro. Y es cierto que una buena cuota de olvido es necesaria, pero los que olvidan el pasado muchas veces están condenados a repetir sus mismos errores. 

Porque decimos esto? Este año 2016 es un año especial para todos los Argentinos. Rememoramos dos hechos importantes en nuestra historia. Uno tremendamente positivo: Celebramos los 200 años de la declaración de la independencia y otro nos remonta a la más oscuras de las noches : los 40 años de aquel tremendo golpe de estado de 1976 que sumió a nuestro pueblo en una oscura noche de terror y muerte. 

Recordar 200 años de aquel Congreso de Tucumán nos vincula con la historia grande de nuestro pueblo. Aquellos hombres del 1816 vislumbraron un horizonte de esperanza en medio de la lucha todavía no acabada por la libertad. Se animaron a pensar en grande. A cortar definitivamente los lazos con España y a ser protagonistas del propio destino. No fue fácil lo que siguió. Hubo en estos 200 años muchas guerras entre hermanos, muchas idas y vueltas, riesgos de desintegración y de ruptura pero también tuvimos muchos momentos de esplendor y grandeza animados por grandes hombres que, dejando sus propios intereses, dieron todo por construir este proyecto de país. Y pudimos juntos llegar a estos 200 años de libertad.

Pero también tenemos que hacer memoria por esos 40 años de aquel episodio que marcó para siempre la historia de la patria dejando una herida que todavía sangra: por los desaparecidos que no están, por los niños que no son devueltos a sus familias, por todas las injusticias que se cometieron en esos 7 años de horror y muerte. Pero aprendimos la lección. Nunca Más vamos a permitir que unos pocos se arroguen el derecho de decidir los destinos de la Patria, hemos aprendido la lección de que la democracia es el camino, de que cada argentino es importante, de que las ideas no se pueden callar con las balas, de que es necesario el debate de ideas, la palabra, la discusión, la crítica. Hemos aprendido que la violencia sólo engendra más violencia.

La historia nos ha sido dada pero nosotros podemos hoy hacer historia. Son nuestras decisiones las que van a heredar nuestros hijos y nietos. Patria es la tierra de los padres. Es un buen año para repensar qué vamos a dejarles a nuestros hijos. Aprender la lección de la historia para seguir haciendo juntos la HISTORIA GRANDE DE LA PATRIA.