FOTOS CON HISTORIA

FOTOS CON HISTORIA

Por Juan José Sbodio

Foto 1-  tomada en el cordón de esquina Colón y Belgrano. Esta argolla fue utilizada hace más de 50 años para atar los caballos y sulkys que dejaban su mercadería en el "boliche" (antiguo mercado).

Foto 2-  Esta foto no es simplemente el retrato del hombre de mayor edad de Hernando, sino que representa mucho más.

La propia ignorancia sobre la argolla en el cordón de la vereda y la búsqueda de la verdad, me llevó a preguntarle a don Cipriano Castelli, un hombre que vive a media cuadra de aquella esquina. Yo estaba seguro que podía ayudarme, por su gran sabiduría producto de los años. Lo visité.

Una vez en su casa, fui recibido de la mejor manera, mientras lo esperaba veía a mi alrededor el museo que tiene montado con sus mayores reliquias, miles de retratos, fotografías, diplomas, camisetas, premios y las infaltables bochas.

Tras una hermosa charla logre averiguar de qué se trataba la fotografía que había tomado y, a su  vez, me permitió tomar una fotografía de su persona.

Le conté sobre mi familia y mi historia, me hizo recordar cosas sobre mis abuelos y también me enseñó mucho.

Al día siguiente, fui con la foto que había tomado y una pila (porque había visto que a uno de sus relojes se le había agotado, así que la cambié) y él se sorprendió y me agradeció mucho. Yo me sentí muy bien y contento por haberlo alegrado.

Tuvimos una muy linda charla sobre familias, Hernando, política, fútbol, militares y muchas cosas más. Mientras conversábamos con unos mates de por medio y su amable compañera, se me ocurrió hacerle una pregunta... ¿Qué es para usted, Don Cipriano, la vida? Yo sé que usted tiene mucha experiencia y quisiera saber lo que piensa. Y él respondió con tanta humildad y bondad: - La vida, es linda, es linda la vida y continuó… “cuando era chico, era pobre, éramos muchos y no alcanzaba, a veces pasé hambre… pero lo importante era ayudar a los que tenían menos que yo, yo ayudaba a quienes necesitaban cosas más que yo. Y otra cosa, lo más importante es portarse bien,  hacer el bien a todos, porque cuando tenía tu edad hacer un favor no era tan importante, lo hacía y me olvidaba, pero ahora es cuando te das cuenta. Cuando uno es grande se acuerda de todo, lo bueno y lo malo, y si uno hace las cosas bien, se porta bien, ayuda, después te sentís bien. Yo ahora pienso en mi vida y no me arrepiento de nada, me siento orgulloso de mi vida. Y una cosa más, hay que creer, hay que creer que Dios existe. Yo he pasado por momentos muy duros, he estado solo. Muchas veces, viste que pasa, que cuando las cosas van mal uno se desvía... roban, matan y eso es feo. Yo creo que cuando estaba sólo tenía esa compañía de Dios y por eso no me desvié y pude seguir. ¡Hay que creer!

 Así que ya sabes, hace como te dije, portate bien”.