viernes, 10 de marzo de 2017

Discurso apertura ciclo lectivo 2017



Discurso apertura ciclo lectivo 2017


Lic. Gustavo Pizzi



Estimados profesores, familias, alumnos…

Hoy es un día especial para toda la familia que conformamos el Instituto Divino Corazón ya que iniciamos el ciclo lectivo 2017.

Para nuestro colegio este año es un año de celebración porque recordamos el 60 aniversario de la fundación del Nivel Medio. En el año 1957 las Hermanas Trinitarias decidieron dar continuidad al nivel primario y fundaron el nivel medio del IDC.

Nos encontramos 60 años después abriendo con entusiasmo un nuevo ciclo lectivo.

Esto es motivo de alegría y esperanza. Alegría porque nuevamente podemos abrir las aulas y recibirlos a ustedes chicos en este año, alegría porque sabemos que este año va a estar lleno de proyectos compartidos, lleno de nuevos conocimientos que vamos a adquirir juntos, lleno de nuevas experiencias que nos enriquecerán como personas.

Esperanza porque tenemos mucha fe en todo lo que podemos dar. Conocemos sus capacidades y queremos desarrollarlas a pleno. Los profesores queremos formar con ustedes equipos de trabajo que se animen a soñar juntos, que se animen a diseñar nuevas propuestas, alternativas para que ustedes sigan creciendo.

Siempre les digo que cada uno de ustedes es un proyecto especial que ha sido pensado y soñado por Dios como un ser único e irrepetible. Y la tarea más importante que tienen entre sus manos es su propia formación.

Este año vamos a trabajar sobre la base de valores fundamentales en el desarrollo de toda persona, hábitos que se tienen que encarnar en nuestra vida. ¿Qué es un hábito? Es la repetición en forma casi natural de acciones que nos benefician. ¿Cómo se adquiere un hábito? Con la práctica constante de acciones. Por eso vamos a insistir en la PARTICIPACIÓN, EL RESPETO POR EL OTRO Y LA RESPONSABILIDAD.

Nuestro Instituto ha sido un lugar de acogida de muchas generaciones que se formaron para dar lo mejor de sí, nuestros egresados se distinguen por el compromiso con la sociedad y el buen desempeño académico. La calidad educativa se alcanza en el día a día. Esforzándonos por superarnos para alcanzar las metas que nos proponemos. El esfuerzo cotidiano se traduce en el rendimiento final. Por eso los invito a los docentes y alumnos a que renovemos la alegría y la esperanza de que es posible seguir construyendo cada día un mundo mejor, más justo, solidario, más humano y por eso más cristiano.

Pongamos todas estas intenciones a los pies del Sagrado Corazón de Jesús nuestro amigo y guía.

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