viernes, 2 de octubre de 2015

LOS QUE SEÑALAN CON EL DEDO

LOS QUE SEÑALAN CON EL DEDO



Las noticias día a día nos reflejan un gran recorte de la realidad, que algunos consideran meramente trágica teniendo en cuenta los números de muertes tras una violencia que parece no dar lugar a excepciones.
Sin embargo, en lo cotidiano encontramos, con frecuencia y quizás ya de una manera más explícita, a unas de las peores bofetadas que si bien no marcan, dejan huellas: los estigmas y los prejuicios sociales.
A lo largo de la historia han existido diversas formas de expresar una estigmatización, a partir de una evolución o involución de un ser humano más consciente de los derechos humanos. Aunque es una cuestión que parece ser propia de una sociedad contemporánea, no es ajena en el tiempo. Ya en el mundo griego se hablaba de estigma como signos corporales que exhibían algo moralmente malo (cicatrices, heridas) y cuyo portador era esclavo o delincuente.
Pese a las variaciones, la denominación actual de estigma se asemeja un poco a esta definición griega, aunque ya no aludiendo a los signos corporales sino más bien al mal en sí mismo.
Desde las psicología social se ha establecido una clara diferencia entre Prejuicio y Estigma, aunque cierto es, que uno de los conceptos da lugar al otro. Es relevante tener en cuenta que hablamos de prejuicio cuando se menciona una opinión, generalmente negativa, ante una persona o cierto grupo social sin un previo conocimiento del mismo. Y por otro lado, mencionamos un estigma cuando una persona tiene cualidades o condiciones para incluirse dentro de cierta categoría social.
Cada individuo es un portador neto de esos prejuicios y estigmas que se han establecido desde el entorno del grupo primario como así también desde los medios masivos de comunicación que hacen aún más efusiva a la discriminación social.  Si bien no se es consciente de las pautas que se establecen para determinar que una persona sea considerada como “normal”, los adolescentes más propensos a las estigmatizaciones se sienten más solos y excluidos de los grandes grupos que los marginan.
Todo esto nos lleva a concretar que la teoría del estigma surge para señalar con un dedo al inferior, en un mundo donde la competencia es cada vez más mayor.
Uno de los portadores que se comportan como estigmatizadores son los medios de comunicación, por ejemplo, al momento de elaborar las agendas temáticas. Es así como sucede cuando un caso de muerte de una persona de clase alta abarca más tiempos en la televisión que el asesinato de una persona de clase media-baja.
La ropa, los accesorios, y el contenido general que los MMC divulgan, son también elementos que determinan cierto prototipo de individuo. Persona que por lo que puede acceder se va a diferenciar y a la vez excluir del resto que no puede hacerlo del mismo modo.
Las publicidades que definen las tareas femeninas, la visión del hombre como un ser fuerte, las familias que tienen televisores y celulares de alta gama, los inmigrantes ilegales, los negros que roban, son algunos casos de hábiles estigmatizaciones que se plantean y se tornan cada vez más naturales en la sociedad por una convención impartida desde los medios. Actuando como un reforzador de opiniones ya establecidas entre los grupos sociales.
El problema es aún más grave cuando se enfrentan el estigmatizado y el estigmatizador, ya que el más débil no sabe bajo qué categorías será analizado y clasificado. O más bien, siendo el estigmatizado consciente de las cualidades que lo caracterizan, tenderá a encerrarse y a excluirse dentro de su grupo de pares. 
Prejuicios y estigmas una vez más van de la mano, funcionando como dos elementos causantes de una violencia simbólica que favorece siempre al más fuerte, al dominante, al poderoso que ha instaurado esta forma implícita de oprimir.

FELBER, Micaela

36.187.412

1 comentarios:

  1. Muchas veces estigmatizamos en forma "natural" a los demás...cuando escuchamos algunas voces silenciosas y silenciadas nos damos cuenta de la estigmatización cotidiana, casi sin darnos cuenta que hacemos de los demás...Gracias Mica por hacernos pensar sobre esto...

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